Levantarme temprano, meditar, hacer journaling, relajarme y agradecer se ha vuelto parte de mi rutina diaria para combatir los efectos del estrés y la ansiedad diarios, fruto de la vida adulta en general. Pero cuando el burnout se va de las manos y siento que no puedo más, estas son las siete posturas de yoga que me ayudan a bajar los humos.
Practicar yoga puede ayudarnos con muchas cosas, desde ganar flexibilidad hasta tonificar las piernas. Pero también es bueno para la mente y así lo confirman estudios como el del International Journal of Yoga.
Catherine Woodyard, experta en salud, ciencias del ejercicio de la Universidad de Mississippi, asegura que “el yoga anima a relajarse, a aminorar la respiración y centrarse en el presente, equilibrando el sistema nervioso simpático y parasimpático con un efecto calmante, restaurador.” Algo que he comprobado con estos siete asanas.
Postura del niño (Balasana)
La postura del niño es uno de los asanas más relajantes en yoga. Es ideal para principiantes y nos permite descansar mientras descargamos la tensión y peso de nuestra espalda. Para realizarla tenemos que arrodillarnos en la esterilla con las rodillas ligeramente abiertas. Nos sentamos sobre los talones y estiramos los brazos hacia el frente, permitiendo que todo el cuerpo se relaje.
Postura del gesto invertido (Viparita Karani)
Si estás buscando bajar revoluciones y encontrar un poco de paz mental en medio de un burnout, este asana puede ayudarte mucho. La postura del gesto invertido es una postura de yoga anti-ansiedad, porque favorece el retorno venoso desde las piernas hacia el corazón, a la vez que las descarga de toda la tensión del día.
Postura del cadáver (Savasana)
La máxima calma viene con la postura Savasana, una de las más utilizadas para alcanzar la relajación en yoga. Básicamente consiste en tumbarse boca arriba con todo el cuerpo estirado, las piernas separadas y todos los músculos relajados. Es un trabajo mental, tratando de ser muy conscientes y presentes de cada parte de nuestro cuerpo mientras respiramos de forma lenta y controlada. Con ello reducimos la presión arterial, por lo que se usa mucho al final de una sesión de yoga o para comenzar una meditación guiada.
Postura del loto (Padmasana)
Es la postura de yoga más famosa de todas y no solo porque sea estéticamente agradable. También por su increíble poder de relajación, ideal para realizar respiraciones profundas que calman la ansiedad. Siéntate con las piernas cruzadas y cada pie colocado en el muslo contrario, lo más pegados a las ingles que nos sea posible. Úsala para meditar, descansar o despejar la mente.
Postura de pinza de pie (Uttanasana)
Si el estrés y la ansiedad te está pasando factura a nivel físico con dolores de espalda y cervicales, este es el asana anti estrés perfecto. De pie con los pies juntos flexionamos la cadera hacia delante, bajando el torso hasta tocar el suelo con las manos. Con ello conseguimos relajar espalda, hombros, cuello y cabeza tanto que hasta dormiremos mejor.
Postura del arado (Halasana)
Tumbada boca arriba, elevamos las piernas hasta que los pies queden detrás de nuestra cabeza, adquiriendo una postura de pinza. Manteniendo esta posición estiramos y relajamos todo el cuerpo, incluyendo la espalda. También mejoramos la circulación sanguínea, pero solo si se hace bien. La postura del arado es complicada y podríamos lesionarnos si no somos yoguis avanzados.
Postura de la mariposa (Baddha Konasana)
Terminamos con una de las mejores posturas para terminar una sesión de entrenamiento y bajar la respiración. Sentadas en la esterilla con las piernas abiertas, hacemos la postura de la mariposa flexionando las rodillas hasta juntar las plantas de los pies. Respiramos profundamente mientras tratamos de acercar los pies a las ingles lo máximo posible, concentrándonos en nuestros músculos y saliendo de nuestra mente.
Fotos | Marta Wave, Thirdman, Elina Fairytale, Monstera Production, Miriam Alonso, Mart Production vía Pexels.
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