Si eres de las que en invierno pasa de coger vuelos y prefiere viajar local, venimos a engordar tu listado de pueblos bonitos que puedes visitar en un fin de semana. Esta vez nos vamos hasta Ávila, donde se esconde una pequeña localidad de techos de teja donde la tranquilidad y el olor a leña están servidos.
Bonilla de la Sierra es un pequeño pueblo a menos de dos horas de Madrid que se ha convertido en la joya secreta del valle de Corneja. Se trata de una villa medieval que conserva intacto todo su encanto, lleno de calles empedradas empinadas, fachadas de piedra y hasta un castillo que preside la villa desde la altura.
Plaza Mayor de Bonilla de la Sierra
El plan perfecto para descubrir Bonilla de la Sierra es perderse por sus callejuelas y descubrir sus rincones, su muralla medieval del siglo XIII y su centro histórico monumental hasta terminar en su preciosa Plaza Mayor de estilo castellano. Allí podrás encontrar la Iglesia de San Martín de Tours de estilo gótico del siglo XV.
Iglesia de San Martín de Tours
Además, está rodeado de montañas y bosques que, juntos, crean una postal invernal difícil de pasar por alto. Un imprescindible si te das un paseo por la naturaleza es El Mortero, un altar rupestre a 1,5 kilómetros del pueblo que podría datar de la edad de Bronce. Pura desconexión y un oasis de historia para los que adoran el turismo rural.
Fotos | Ayuntamiento de Bonilla de la Sierra.
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