Mi truco infalible para reparar mi cabello castigado después del verano: el Aceite de Argán

Mi truco infalible para reparar mi cabello castigado después del verano: el Aceite de Argán
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Parece que a estas alturas el verano ya nos queda muy lejos. Los días de playa ya quedan en el recuerdo, ahora es tiempo de ponernos manos a la obra en la puesta a punto del otoño y de cara al invierno.

Para mí, una de las peores cosas que tiene el verano, la playa, el sol, la sal, el cloro y todos los componentes propios de la época, son los daños que se ocasionan en mi pelo. Por ello, a la vuelta de las vacaciones mi remedio infalible fue echar mano de mi queridísimo Aceite de Argán.

He de reconocer que tampoco me preocupo demasiado durante el tiempo vacaciones en darme productos protectores. Lo sé, es un gran fallo, pero es que si ya pierdo una eternidad en las cremas, si ya me meto con el pelo parece que me paso el día entre cremas y aceites. Por ello, prefiero ponerme un sombrero o un pañuelo y listo.

A pesar de todo eso, mi cabello este año volvió especialmente seco. Parecía paja seca, no os digo más. Y es que este año tengo varios tintes encima, mechas y demás, así que imaginaos. Eso sí, en un abrir y cerrar de ojos, recobré la suavidad e hidratación propia de mi pelo gracias al Aceite de Argán.

aceite de argan

Sé que muchas sois muy fans de este producto, yo también, lo confieso. Desde que lo descubrí me he vuelto una adicta total y lo uso para todo. En mi caso, además es aceite del más puro, del mismo Marruecos. Sí, aproveché el viaje de un amigo a las tierras africanas para hacer un encargo de los buenos, de los que realmente merece la pena. Aquí, os diré que lo venden en farmacias y en tiendas especializadas, aunque hoy por hoy como se ha extendido tanto, podemos encontrar productos con este aceite en cualquier sitio.

¿Qué es el aceite de Argán?


argan

Ya muchas lo sabéis, pero no quiero que nadie se quede sin toda la información. El Aceite de Argán proviene del árbol del mismo nombre, una especie endémica de los semidesiertos de Marruecos y Argelia. De hecho, los bereberes lo llevan utilizando siglos no sólo para la cocina, sino también para el cuidado de sus cabellos, pieles, uñas, creación de jabones, cremas, lociones,… Y es que es una verdadera maravilla.

El Aceite de Argán es rico en ingredientes naturales para la renovación y regeneración celular. De hecho, en la cosmética marroquí lo usan para tratamientos corporales dedicados a combatir los estragos de la edad y el clima desértico. Vamos que funciona contra la sequedad y combate las arrugas, ¡qué más podemos pedir! Y encima no aporta nada de grasa a diferencia de otros productos aceitosos. También está indicado para la regeneración en casos de quemaduras y grietas, eccemas, psoriasis o cualquier alteración de la piel.

Y en lo que se refiere al cabello, aporta brillo, hidratación y suavidad sin ensuciar. Yo tengo el pelo muy fino y se me ensucia mucho, sin embargo este aceite no me lo mancha nada, todo lo contrario, al no ser necesario usar suavizantes, acondicionadores o mascarillas, sólo uso mi champú para retirarlo y se me ensucia menos.

¿Cómo nos podríamos resistir ante tantas fantásticas propiedades?

Mi experiencia y puesta a punto tras las jornadas de playa


aceite de argan

Tras las vacaciones, el primer día que llegué a casa sabía que tenía que hacer algo porque tenía el cabello fatal. Así que me unté bien el pelo de medias a puntas, me lo recogí en un moño, y en lo que deshice la maleta y recogí bártulos, dejé que actuase. Una hora aproximadamente estuvo en mi pelo. Al lavarlo ya tenía otro tacto, no me hizo falta nada más, con una sola sesión de hidratación profunda mi pelo volvió a ser casi el que era, como si no hubiese tenido las horas de sol, baños y humedad continua.

A los tres días repetí la operación y ya completé mi ritual de reparación. Pocos días después fui a la peluquería porque ya tocaba teñir las raíces y unificar colores y, no os digo más, mi peluquera no quiso cortarme las puntas porque las tenía perfectamente. ¡Si me ve unos días antes me rapa!

Así que nada de meter tijera, algo tan sencillo y tan natural como el Aceite de Argán hizo el trabajo sucio de devolver mi pelo a su estado natural, volví a tener el pelo sano.

Os diré que una vez a la semana o cada diez días hago esto mismo, con un cuarto de hora a mí me es suficiente en situación normal. Pero es que no sólo eso, porque también lo uso para la cara por las noches cuando me la noto especialmente seca y no me da nada de grasa, todo lo contrario, me hidrata perfectamente sin un solo brillo. Además de usarlo para las uñas y zonas secas como codos. Vamos que es la verdadera panacea de mi neceser. Hoy por hoy, ya os digo que no puedo vivir sin mis botellitas de Aceite de Argán.

Y vosotras, ¿qué trucos habéis usado para reparar vuestro pelo tras el verano?

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