Aceites para la belleza: Vegetales (I)

Aceites para la belleza: Vegetales (I)
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Tal como nos sugirió Cristina RR en un comentario, voy a hacer un repaso por los distintos tipos de aceites que podemos utilizar para la piel y el cabello.

El uso de aceites se remonta aproximadamente a los 3500 años antes de Cristo. Por aquel entonces eran utilizados sobre todo en rituales, para proteger la piel y curar cicatrices. Poco a poco se fueron perfeccionando las técnicas de extracción y ampliando sus usos hasta llegar al momento actual en el que nos beneficiamos de sus propiedades hidratantes, protectoras, regeneradoras y sensoriales.

Referente a estos cuidados podemos encontrar tres tipos de aceites: vegetales, esenciales y minerales.

Los aceites vegetales se extraen por primera presión en frío de frutos secos, semillas y frutos. Son líquidos grasos, de textura oleosa, que se pueden utilizar solos o bien como base para diluir aceites esenciales haciendo más fácil su absorción.

Los aceites esenciales se extraen por destilación por corriente de vapor de distintas partes (flores, semillas, hojas etc.) de plantas y árboles aromáticos, excepto en el caso de los cítricos que también se obtienen por presión. Aunque tienen un aspecto oleoso son mucho más líquidos que un aceite y su gama de posibilidades es más amplia, incluidos también beneficios terapéuticos.

Los aceites minerales se obtienen de la refinación del petróleo y proporcionan suavidad a la piel formando una película sobre la misma, eso hace que parezca que está más hidratada, pero en realidad mediante esta capa creada lo que hacen es evitar que la humedad se pierda. Son mucho más económicos y proporcionan una textura agradable, por lo que están presentes en la mayoría de cosméticos.

Teniendo en cuenta estas tres categorías, hoy vamos a empezar a conocer más a fondo dos de los aceites vegetales más populares.

Aceite de almendras dulces

Mi primer contacto con la cosmética natural fue a través de este aceite, utilizándolo para hidratar el cuerpo. Práctico y efectivo, ha pasado mucho tiempo desde entonces pero por más cremas hidratantes que uso no encuentro ninguna que me funcione tan bien.

Su textura y su alto contenido en Vitamina E, conocida por su función antioxidante, hace que resulte ideal para el cuidado de la piel, manteniéndola hidratada y evitando la sequedad o las arrugas prematuras.

También puede utilizarse para hidratar el cabello seco poniendo un poco sobre las puntas directamente o preparando una mascarilla reparadora.

Yo tengo la piel mixta y prefiero aplicarlo únicamente en el cuerpo, pero si tenéis la piel normal o seca también podéis utilizarlo para calmar el rostro por la noche o bien como desmaquillante de ojos, ya que no irrita, arrastra perfectamente la pintura y fortalece las pestañas.

Un consejo que sirve para este y otros aceites, si los aplicamos al salir de la ducha es mejor hacerlo sobre la piel mojada, masajeando bien, ya que junto al agua forman una emulsión que hace que penetren más facilmente.

Aceite de Argán

Aceite de Argán

Este aceite procedente de Marruecos se obtiene de un fruto similar a la aceituna, aunque de color más rojizo o amarillento, que crece en el árbol del mismo nombre . Hace unos años se hizo muy popular con el comercial nombre de oro líquido, por sus propiedades regeneradoras y nutritivas.

Contiene grandes cantidades de antioxidantes naturales, ácidos grasos esenciales y Vitamina E, por lo que ayuda a proteger el organismo de los efectos de los radicales libres.

Tradicionalmente se ha utilizado para cuidar y embellecer la piel, el cabello y las uñas. Está presente en multitud de cosméticos pero se puede usar especialmente de forma directa para hidratar pieles secas o que han sufrido una exposición prolongada al sol y para proteger el contorno de ojos. Además funciona como antiséptico y fungicida, tratando problemas de acné, heridas o incluso hongos en las uñas.

Si queremos sacar más partido de todas sus propiedades rejuvenecedoras podemos incorporarlo a nuestras comidas ya que también se aprovecha en alimentación como un ingrediente cardioprotector que ayuda a reducir el colesterol.

Tengo que reconocer que no está entre mis preferidos porque no me acabo de acostumbrar a su particular olor (aunque a mucha gente le encanta) y cuando lo probé como hidratante corporal me molestaba notarlo encima todo el día.

Pero quitando este pequeño inconveniente, no deja de ser un aceite de lo más recomendable. ¿Está entre vuestros favoritos? ¿Y el aceite de almendras?

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