Es abrir Instagram y parece que todo el mundo está en Grecia, Bali o Ibiza. La gente viaja mucho, pero repite sitios sin parar. Hoy queremos romper el patrón, alejándonos de lugares con sobreturismo para aventurarnos a cinco destinos mucho más originales, diferentes y, a menudo, infravalorados por los que no son expertos viajeros.
Georgia
Tbilisi, capital de Georgia
Está en el límite entre Europa y Asia y su plato fuerte son los paisajes. Lo tiene todo, desde las playas del mar Negro hasta las montañas del Cáucaso, imponentes siempre en el horizonte. Además, su capital Tbilisi está repleta de color, monasterios, sinagogas y una mezcla de culturas muy patente en la arquitectura. Imperdible su torre del reloj, que da la hora con un espectáculo de marionetas.
Otros imprescindibles de la ciudad son la antiquísima basílica de Anchistaji de Santa María que data del siglo VI, la Catedral de Zión con su bóveda estelar que representa un cielo nocturno, el jardín botánico de Tbilisi con su cascada o la iglesia de Metekhi, construida sobre el río en el siglo V y marcando el lugar donde se fundó la ciudad.
Madagascar
Avenida de los Baobabs, Madagascar
Podría convertirse en el viaje más idílico de tu vida, con esos paisajes salvajes sin turistas de por medio. Visitas obligatorias de esta isla es el Parque Nacional Andasibe-Mantadia lleno de lemures, cascadas y naturaleza. También es alucinante el Parque Nacional de Isalo, con piscinas naturales para bañarse.
Los más aventureros tampoco se pierden el Parque Nacional Tsingy de Bemaraha, lleno de agujas de piedra que se han convertido en un laberinto y en una de las imágenes más famosas de Madagascar. Junto a la Avenida de Baobabs, este podría ser el viaje más distinto de 2024.
San Marino
San Marino es la república más antigua del mundo. Al estar en mitad de Italia, este destino sí que recibe más turismo que otros lugares más remotos. Sin embargo, debido a su tamaño diminuto no tiene muchos hoteles, por lo que solo unos pocos privilegiados pueden disfrutar de esta escapada.
Con apenas 60 kilómetros cuadrados, en su interior esconde joyas como las tres torres del monte Titano, símbolo del país. En ellas hay exposiciones de armas antiguas, pero lo más increíble son las vistas al atardecer desde la Seconda Torre. También es precioso su casco histórico con la basílica de San Marino o el Palazzo Pubblico, sede de todos los organismos públicos del país.
Bután
Nido del Tigre, Paro
No es fácil de visitar porque tiene muchas restricciones a los visitantes, apostando fuerte por el turismo sostenible. Sin embargo, si consigues poner en orden todo el papeleo, es un viaje que marcará un antes y un después en tu vida. Desde trekking por el Himalaya hasta los cuatro imprescindibles: Paro, el Nido del Tigre, Thimphu y Punakha.
El Nido del Tigre es un complejo religioso construido en un acantilado a 3120 metros de altura. Se construyó en lo más alto del valle de Paro en 1692 y hay que subir a pie por el sendero de montaña, con unas 3 horas de ascenso. En Paro está el dzong más antiguo de Bután, una fortaleza con una de las estatuas de Sidharta Gautama más bellas del mundo. También está allí el Museo Nacional de Bután.
Thimphu es la capital de Bután. Allí podemos descubrir el dzong Tashichoedzong de 1646, la torre con agujas de oro National Memorial Chorten y la Estatua del Gran Buda Dordenma de más de 50 metros de altura. De ahí es casi obligatorio saltar a Punakha, la antigua capital con el dzong más bonito de todo el país, que parece flotar sobre el río.
Oman
No es Dubai y no es Qatar, quizá por eso pasa más desapercibido para el turismo. Pero Omán es un país muy rico en cultura y tradición que ha sabido unificar su arquitectura histórica con una muy moderna y futurista. Todo ello rodeado de playas de agua turquesa, desiertos gigantescos y muchas montañas.
En Omán es fundamental descubrir la mezquita del Sultán Qaboos que alberga la alfombra más grande del mundo. También está el zoco de Mutrah, uno de los más antiguos. Y si lo que quieres es una postal que se quede grabada en la retina para siempre, descubre el fuerte de Bahla, un castillo fortaleza en mitad del desierto.
Fotos | Prateek Katyal, Georgy Trofimov, 2Photo Pots, Lorenzo Castagnone, Aaron Santelices, Niklas Weiss.
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