Si pensamos en alimentos como fuente de antioxidantes no podemos olvidarnos de las palomitas de maíz, ya que contienen una gran cantidad de polifenoles, que ayudan a reducir la producción de radicales libres.
Según un estudio reciente presentado por Joe Vinson en la Sociedad Americana de Química, la concentración de polifenoles en el maíz inflado, al estar menos diluidos en agua, es superior a la de frutas, verduras y frutos secos.
Pero cuidado, también se ha descubierto que gran parte de los beneficios de las palomitas, incluída la fibra, se encuentran en su cascarilla marrón (esa que se empeña a veces en pegarse al paladar o quedarse entre los dientes) así que al comerlas debemos procurar no dejarla de lado.
Otra de las ventajas de este aperitivo es que nos permite comer todo el grano sin procesar, tiene efecto saciante y muy pocas calorías, apenas unas 30 por taza, si no le añadimos nada más al prepararlo.
La forma más sana y rápida de hacer palomitas es con una máquina de aire caliente, que infla el maíz sin necesidad de agregar nada más. Yo la compré hace un año y me va de maravilla, además aprovecha todos los granos, no dejando ni uno sin abrir.
La segunda opción recomendable es en una sartén con un poquito de aceite ¡Sin olvidar ponerle una tapa!, pero es mejor no consumir los sobres preparados para microondas (contienen unas 500 kcal por 100 gr) o los cubos que venden en los cines, ya que suelen incluir mucha sal y grasas hidrogenadas.
Si queremos darles más sabor podemos añadirles las especias que más nos gusten: albahaca, orégano, curry, canela o si tenemos antojo de dulce una cucharadita de azúcar integral.
También se pueden usar para sustituir picatostes en una sopa fría o acompañar ensaladas con un toque original. Seguro que con un poco de imaginación se os ocurren combinaciones sorprendentes para aprovechar todas sus beneficiosas propiedades.
Vía | ABC
Foto | profpalate
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