El ritual de la ducha o el baño es más que lavarse. De esa ducha diaria depende una buena parte de la calidad de tu piel. Uno de los productos que empiezo a utilizar siempre en cuanto llega el verano es el aceite de ducha. Los aceites de ducha dejan una piel limpia, hidratada y nutrida de una forma que es difícil conseguir con un gel de ducha tradicional.
He vuelto a utilizar el de la marca L’Occitane del que os hablé el año pasado. Para que tengáis dónde elegir, os presento más opciones: los aceites de ducha de Yves Rocher, Collistar y A-derma.
En Yves Rocher es una novedad: el aceite de ducha a base de aceite de Argán de Marruecos. Lo cultivan biológicamente y su fórmula es exclusivamente de origen vegetal. El envase (foto principal) tiene el mismo color que ese preciado aceite y contendrá 180 ml., ideal para llevar en la maleta. Habrá que esperar a su lanzamiento el mes de agosto para probarlo. El precio será de 6,24 euros.
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Una opción para pieles atópicas es el aceite de ducha A-derma. Os hablé en una ocasión de esta gama para pieles sensibles, reactivas y pieles atópicas. Esta fórmula en aceite es una solución muy interesante. La encontraréis en farmacias y parafarmacias. El envase de 500 ml. cuesta unos 15 euros.
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Si queréis un producto de además tenga propiedades reafirmantes, es el plus del Olio Rassodante Doccia de Collistar. Además de la calidad de sus productos, la marca italiana tiene envases maxi-talla que me parecen muy interesantes. El aceite de ducha reafirmante contiene 400 ml. y es una forma de aportar nutrición y reafirmación diarias ideal para las perezosas.
Si os animáis a usar cualquiera de ellos veréis un cambio en vuestra piel. Más suave y satinada, una piel con tacto de seda muy agradable. Y más fácil de utilizar a diario, imposible. Por supuesto que lo ideal es aplicar después de la ducha un producto corporal pero cuando hay prisa o pereza, el aceite de ducha es el rey del cuidado diario del cuerpo.
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