Hace unos años nadie osaba salir maquillada de casa sin llevar un delineador de labios que marcara el labial e impidiera que emborronara la zona limítrofe. Así el labio quedaba muy nítido y limitado y con aire cuidado. Ello llevó también a algunos excesos tipo delineado marrón y barra rosa que tantos estragos han hecho en famosas y no famosas.
Sin embargo cuando llegó el reinado del gloss-en el que aún estamos-el delineado labial dejó casi de existir. Hoy en día lo lleva muy poca gente, al menos gente que esté al tanto de las modas en cuestión de cosmética. Yo misma hace mucho tiempo que no lo uso, y mi favorito (Nude de Chanel) duerme el sueño de los justos en mi neceser.
A todo ello han contribuido los nuevos looks imperantes, muy naturales, nude y hippies, que parezca que casi no vas maquillada. Un delineado labial, por muy imperceptible que sea, rompe este esquema. Además el efecto deseado por un gloss es precisamente ese, que parezca que el brillo “brilla solo”, un efecto natural que no admite lápices cerca.
Si a ello le añadimos el auge de los labiales nude, para los que es muy difícil encontrar un delineador adecuado y el hecho de que éste rompería el efecto que precisamente se quiere buscar puede que ahí tengamos el por qué. En mi caso no lo uso ya nunca, pero en Arrebatadora nos gustaría saber: ¿Vosotras seguís usándolo?
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