¿La gente que lleva tatuajes es más agresiva? Un estudio dice que sí

¿La gente que lleva tatuajes es más agresiva? Un estudio dice que sí

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¿La gente que lleva tatuajes es más agresiva? Un estudio dice que sí

Cuando yo era niña llevar tatuajes era cosa de legionarios, ex-presidiarios, marineros y estrellas de rock principalmente, hoy es algo de lo más normal que incluso se ha puesto de moda y abarca todos los estatus sociales y estilos de vida, pero, ¿sigue marcando diferencias en nuestra personalidad?

En parte sí, esa la conclusión a la que han llegado en la Universidad de Westminster mediante un estudio que relaciona el estar tatuado con ser más agresivo o rebelde, algo que de entrada es bastante creíble cuando tenemos delante, por ejemplo, a un Latin King, pero que ya cuesta más de asimilar si pensamos en Chiara Ferragni. Esto es lo que dicen sus datos.

Confirmando estereotipos

Interpretar un tattoo como un acto rebelde es un pensamiento algo anticuado, aunque todavía sigue latente en la sociedad, influyendo a veces incluso en las relaciones laborales. Este grupo de psicólogos quiso averiguar si había algo de verdad detrás del estereotipo y para ello pidieron a 378 personas adultas que completaran unos autoinformes de agresión y rebeldía, incluyendo en las respuestas cuántos tatuajes poseían.

Tatuajes

Sin diferencias de sexo, un 25,7% de los participantes llevaban al menos uno y en los resultados encontraron que los individuos tatuados puntuaban más alto, de forma significativa, en rebeldía reactiva (que responde a la decepción o la frustración), ira y agresión verbal. Aunque en rebeldía proactiva, agresión física y hostilidad apenas se apreciaron diferencias.

Teniendo en cuenta la gran cantidad de personas que llevan tatuajes hoy en día (solo en Estados Unidos una de cada cinco) una muestra de menos de cuatrocientas es, por decirlo de forma suave, muy poco representativa, pero cuando las correlaciones confirman lo que piensa mucha gente, es más fácil que se hagan un hueco en las noticias.

Vamos a dejar lo de ser más irascibles y rebeldes como un poco dudoso (no hay más que conocerme a mí que soy tan dulce y tierna como un cupcake de arcoíris), pero, ¿nos diferencian en algo los tatuajes? ¿Por qué nos los hacemos?

Motivos para marcar la piel

Hay varias investigaciones que buscan las razones que nos impulsan a decorar nuestro cuerpo y de alguna forma también las relacionan con rasgos dañinos. Las de Peter Kappeler del departamento de Sociobiología/Antropología de la Universidad de Gotinga, encontraron que podía ser una manera de “purificarnos” y combatir recuerdos traumáticos, mientras que la Dra. Aglaja Stirn, especialista en conducta autolesiva descubrió una relación de 1 de cada 4, entre personas tatuadas y prácticas de autolesiones en la infancia

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Estas personas viven una sensación de felicidad profunda durante las modificaciones corporales. La parte positiva es que la satisfacción experimentada mediante el dolor corporal que supone un tatuaje o un piercing había permitido que una de cada dos recuperara el control de su cuerpo y detuviera las autolesiones.

Y también hay muchos otros motivos: Elmar Brähler, profesor de psicología médica y sociología, afirma que superar el dolor nos hace sentir valientes y activa nuestro sistema de recompensa cerebral, aumentando las posibilidades de repetir (¿Será por eso que es tan difícil quedarse solo con un tattoo?). Además, llevar un tatuaje nos hace sentir auténticos, atractivos e interesantes, lo cual también aumenta los niveles de dopamina.

Los tatuajes tienen virtudes tan contradictorias como servirnos para expresar nuestra individualidad y a la vez la pertenencia a un grupo, al igual que podemos escoger un dibujo simplemente por su aspecto o porque esconde un significado profundo.

Personalmente, aunque reconozco que los que me hice en mi adolescencia quizá si tuvieran un punto de rebeldía, hoy me gustan como una forma especial de embellecer mi cuerpo, grabar en él cosas que considero importantes y exteriorizar partes de mi identidad. Por eso, aunque todos estos estudios son muy interesantes, no creo que se pueda generalizar en algo tan personal y que cada vez está más extendido.

¿Qué pensáis? ¿Os parece que las personas que llevan tatuajes son más agresivas?

Fotos | Mateus Lunardi Dutra | LOOKBOOK
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