El calabacín es un ingrediente que nos gusta, es sano y fácil de cocinar. Con estas premisas, no ha de resultar extraño que a la mínima que podemos lo usamos como ingrediente principal de alguna receta sana y sabrosa. Con ganas de crear platos únicos que no nos roben mucho tiempo, hoy nos ponemos tras los fogones para preparar un pastel salado de calabacín. Convirtiéndose en una de nuestras recetas comodín, se prepara de manera muy fácil si tenemos a mano una airfryer (aunque el horno también puede servirnos). Además, admite variantes que podemos ir cambiando en función de nuestro gusto personal -o el de nuestros comensales-.
Una de las mezclas que siempre funcionan con esta verdura es con el matrimonio (casi sagrado) de jamón y queso, aunque siempre podemos optar por alternativas vegetales u otros ingredientes que nos gusten más. Además, la elección del queso va en función de lo que tengamos en nuestra nevera o de lo que más guste a nuestro paladar: desde mozzarella a un queso azul -es queso, siempre saldrá bien-.
La receta de pastel de calabacín, jamón y queso es uno de esos platos deliciosos que sacian sin necesitar de ser pesados. Con una preparación sencilla y rápida, nos puede apañar un almuerzo, la cena o incluso convertirlo como acompañamiento de algunas de las mejores recetas navideñas. Además, podemos servirlo tanto en frío como en caliente.
Personalmente me gusta acompañarlo de una ensalada bien fresca, aunque hay quien prefiere añadirle salsa de tomate o incluso mostaza.
Fotos | Directo al paladar
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