Nuestra piel no siempre es lo que vemos, así nos lo demuestra este experimento realizado por el fotógrafo Tom Leveritt realizado con una lámpara UV y con gente de la calle, de todos los tipos de piel y edades, el resultado ¡sorprendente!
Las protagonistas son las manchas solares: grandes, pequeñas e incluso muy intensas, pecas en pieles que se ven perfectas hasta rostros completamente más oscuros. Y sí, esa cantidad de melanina la tenemos ahí bajo nuestra piel, en concreto en la última capa de la epidermis, la capa basal, pero una mala distribución y aumento de la melanina hace que aparezcan las manchas, entre otros factores por el sol.
La mejor solución para evitar las manchas y el cáncer de piel es la protección solar, fijaros como con la misma luz UV se observa la capa protecctora que hace la crema solar sobre la piel.
¿Aún os queda alguna duda de que el sol no es un buen amigo para la piel y que el mejor compañero es la protección solar?
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